2. EL AMOR PROPIO COMO AUTOESTIMA Y COMO AMOR A SÍ MISMO .
La autoestima es el conocimiento que tenemos de nosotros mismos, es
decir, la aceptación de nuestros potenciales y debilidades, aquello de lo
que somos capaces hacer de acuerdo con nuestra humana condición.
Significa, por tanto, la posibilidad de aceptarnos tal y como somos, con
nuestras virtudes y defectos.
Se habla hoy en día de alta y baja autoestima. La persona con alta
autoestima, al aceptarse como es busca siempre el bien de sí misma, por
el contrario, la que tiene baja autoestima, al no aceptarse con sus propios
potenciales y limitaciones, tiende a la depresión, a la desmoralización
y, en algunos casos, al suicidio. En pocas palabras, no busca su propia
realización, sino lo contrario, su autodestrucción.
El amor
propio no sólo es bueno, sino totalmente necesario, debido a que es
el motor de toda nuestra existencia. Esto significa que, entre más nos
queremos y apreciamos a nosotros mismos, más hacemos crecer nuestras
propias potencialidades.
Ahora bien, el amor propio como autoestima, al contrario
de como pudiera parecer en nuestros días, no siempre ha sido
bien visto en la historia de la humanidad.
Parafraseando a Kant, los defensores del amor
propio “dirán que sin amor propio mi amor a los demás será
ciego, y sin amor a los demás, mi amor propio resultará vacío”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario